las palabras en el aire

Como, seres hablantes, desde muy chicos nos enseñan a hablar, a expresarnos, a nombrar a los objetos por su nombre.

Luego, los años pasan y el “filtro” es un #musthave, obligatorio y correcto.

Mi enseñanza es distinta, mi rebeldía es aún infinita. Exponerme y levantar la bandera blanca ante las injusticias del mundo, suele ser mi zona de confort.
Sin embargo, me pregunto ¿alguien me escucha?

If you scream and shout at the top of your voice, will someone hear you? Tal vez aunque grites, la gente sólo escuche ruidos.

If you whisper next to your friend’s ear, will he/she paid attention to the words you are saying? Es probable que tu amigo/a piense que es simplemente una brisa. 

Aunque vayas y te expreses ante una multitud, o sí decidieras pasarte horas con un psicólogo explicando tu “malestar” ¿qué te garantiza que tu voz se oiga?

El mundo de hoy habilita miles de espacios para expresarnos y la mayor certeza de sentirte escuchada y valorada por la sociedad es primero, apreciandote a vos misma.

Es tu percepción la que debe cambiar, lo que decís lo haces por tu conciencia, por tu espíritu y no con la intención de que “alguien te rescate y te comprenda”.

Hablo y escribo por mí. Para explayarme y dejarme llevar por la corriente de mis pensamientos. Sin tabúes, sin filtros, honestidad cien por ciento.

Dejar de esperar una respuesta del Otro, dejar de esperar al príncipe que rescate a la princesa, me permitió simplemente vivir. A mi manera, con mis pros y mis contras, pero buscándome una y otra vez hasta sentirme cómoda en mi propia piel.

Durante años intente (¡sin éxito!), encajar. Hacer, desear y moldearme a la mujer argentina de hoy. Intenté completar la lista con todos los check-list y aún así, la lista no paraba de crecer.

Un día me pregunte, ¿que significa ser mujer para mí? 

Hoy tengo algunas respuestas y esto alivio mi necesidad de poder llenar un vacío imposible de completar.

¿Me llevo tiempo? Si, años. Aprendí, crecí, llore, me tropecé “con más de una piedra” y un día, puff sólo al conocerme y al aprender a quererme, pude sentirme a gusto con el camino que estaba formando.

 

Dejá un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Shopping Cart